jueves, 5 de junio de 2008

Pasado, presente, futuro

A pesar de que casi siempre los recuerdos de la infancia traen aparejado un dejo de melancolía, me gusta acordarme de las cosas que hacía, decía o que pasaron cuando yo era chica. Darme cuenta de cómo voló el tiempo, de las cosas que quedaron atrás, especular con cómo hubiese sido algo si yo actuaba de otra manera y hasta reirme de los amores pasados a veces me dejan esa sensación de no querer que el tiempo siga pasando.
Ahora, haciendo un repaso por algunas partes de mi niñez, se me vienen a la mente muchas cosas: cómo me vestía, la música que escuchaba, qué me gustaba hacer, la escuela, los amigos. Y claro, en este momento en lo primero que pienso de mi infancia es en el período entre los 9 y los 12 años, el tiempo que estuve en la escuela Leopoldo Lugones. Fueron tiempos raros, muchos cambios y bastantes cosas feas, pero también tantas buenas, que alcanzan no sólo para compensar, sino también para superar todo lo malo.
Recreos, juegos, figuritas, excursiones, cumpleaños, almuerzos, meriendas, salidas, pijama-parties, bailes, maestros, chicos, peleas. Son innumerables las imágenes que se apilan en mi cabeza, pero no es por eso que estoy pensando en la Lugones. Pienso en la escuela de Juramento y Cereti porque es ahí donde, el primer día de 4° grado, conocí a Emily, una chica que era nueva igual que yo. Ella, que con sus chistes y sus risas me alegró hasta en los momentos más tristes y me hizo sentir acompañada y respaldada cuando todos me hacían sentir lo contrario, es mi amiga de la infancia. Ella, que me hacía unas cartitas hermosas y me invitaba a su casa a dormir, es la responsable de mis recuerdos más lindos y anécdotas más graciosas. Ella, que se instalaba en mi casa todo el fin de semana (admito que yo también lo hacía en la suya), es una de las personas más indispensables en mi vida; porque aunque nos veamos muy poco, con suerte tres veces por año, hablamos casi a diario para mantenernos al tanto de nuestras vidas y, cuando no es así, nunca falta un "Te extraño" o un "Te gabeo chuchi" por mensajito.
Emily, simplemente te amo y no hace ni falta que te diga la importancia que tenés para mi persona. Creo que alcanza con decirte que sos mi pasado, sos mi presente y mi futuro, también.

1 comentario:

from j ap an dijo...

por mi parte, esta todo dicho.
te amo, incondicional.