Recreos, juegos, figuritas, excursiones, cumpleaños, almuerzos, meriendas, salidas, pijama-parties, bailes, maestros, chicos, peleas. Son innumerables las imágenes que se apilan en mi cabeza, pero no es por eso que estoy pensando en la Lugones. Pienso en la escuela de Juramento y Cereti porque es ahí donde, el primer día de 4° grado, conocí a Emily, una chica que era nueva igual que yo. Ella, que con sus chistes y sus risas me alegró hasta en los momentos más tristes y me hizo sentir acompañada y respaldada cuando todos me hacían sentir lo contrario, es mi amiga de la infancia. Ella, que me hacía unas cartitas hermosas y me invitaba a su casa a dormir, es la responsable de mis recuerdos más lindos y anécdotas más graciosas. Ella, que se instalaba en mi casa todo el fin de semana (admito que yo también lo hacía en la suya), es una de las personas más indispensables en mi vida; porque aunque nos veamos muy poco, con suerte tres veces por año, hablamos casi a diario para mantenernos al tanto de nuestras vidas y, cuando no es así, nunca falta un "Te extraño" o un "Te gabeo chuchi" por mensajito.
Emily, simplemente te amo y no hace ni falta que te diga la importancia que tenés para mi persona. Creo que alcanza con decirte que sos mi pasado, sos mi presente y mi futuro, también.
1 comentario:
por mi parte, esta todo dicho.
te amo, incondicional.
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