sábado, 28 de junio de 2008

Al fin!


Este fin de semana me puse las pilas y las ví a las dos.
Muy lindas salidas, a no colgar tanto y hacerlas más seguido.

miércoles, 25 de junio de 2008

Alan

Sinceramente no sé que decirte, no me salen muchas palabras. ¿Por qué te estoy escribiendo esto, entonces? Porque después de la charla que acabamos de tener (que por cierto no hace falta publicar por acá, vos entendés) me hiciste reflexionar mucho y darme cuenta de que en verdad sos muy importante para mí, quizás más de lo que yo creía que eras.
En este tiempo la imagen que tenía de vos cambió totalmente y fue para bien. No porque tuviese una mala impresión tuya, sino porque me permitiste conocer un montón de cosas que no conocía y de a poco fui descubriendo lo mucho que nos parecemos y lo increíble que sos. Increíble, no encuentro otra palabra para definirte.
Además, aprendí que todavía existen los caballeros, que las mejores canciones son las improvisadas, que Multifruta es una alta banda y que a los gomas hay que escribirles temas; y lo más importante: aprendí que sos una persona muy buena y completa, pero por sobre todo un amigo excelente.
Ahora te fuiste, pero mañana en cuanto te vea te voy a dar un abrazo más grande que una casa.
Te quiero muchísimo, Alan!

martes, 24 de junio de 2008

Y como pega papel con papel

Elizabeth:
Chica de humor ácido, timidez extrema y escasas palabras.
Una genia, apasionada de la Voligoma.

Elizabeth María de los Milagros, te quiero muchísimo!
¡Feliz cumpleaños!

lunes, 23 de junio de 2008

Los responsables de mis mañanas más felices

A esta altura surge el miedo de si nos vamos a seguir viendo o no. Con algunos de ellos realmente tengo miedo de dejarnos de ver cuando termine este año, con otros supongo que nos vamos a juntar y con poquitos tengo la certeza de que nos vamos a seguir viendo, ya sea por el tipo de relación que tenemos o porque vamos a estudiar juntos.
El punto es que a todos de alguna forma los voy a extrañar. Porque no los voy a tener para entrar tarde a la escuela, a la hora en que ya nos ponen ausente por tarde, por el simple echo de no entregar el cuaderno; porque no los voy a tener en cada hora de clase ni en cada recreo; porque no voy a tener esos lunes de actualización de todo lo sucedido en el fin de semana; porque probablemente no los vea todos los días y porque no los voy a ver en el Normal.
Ojo, esto no es una despedida, de hecho falta más de medio año para esto que me da tanto miedo y tanta angustia y sería un poco exagerado, y hasta masoquista diría yo, ya estar despidiéndome, pero las conversaciones últimamente desembarcan en el egreso, en el clásico "que no se corte". Además, es algo que da vueltas en mi cabeza a diario y no puedo evitar ponerme a pensar en qué va a pasar.
Pero más allá de eso, dejando de especular con el futuro, yo simplemente les quiero contar que a las personas que aparecen en las fotos de la izquierda las quiero muchísimo, porque son gente especial, porque comparto miles de cosas con ellos, porque me acompañan todos los días, porque me hacen bien, porque son los recuerdos que me quiero guardar de esta etapa (sigamos o no viéndonos) y, básicamente, porque son mi secundaria y estoy feliz y orgullosa de eso.
Hoy, lunes 23 de junio del 2008, yo, Anita Lucía Rosso Coppola, prometo, juro y aseguro que cuando termine el año voy a hacer todo lo posible por seguir viendo a todos ellos.

domingo, 22 de junio de 2008

La lechuza

Domingo, 22:44 hs. Ya comí, ya me bañé, ya hice todo lo que tenía que hacer para mañana.
Siempre me ando quejando de dormir poco, de estar cansada, de tener sueño. Vivo reclamándole a mi mamá que nunca nos vamos a dormir temprano; pero no, la que no se va a dormir temprano soy yo.
¿Por qué no me voy a dormir ahora? No sé, pero me resulta imposible ir a la cama sin dar vueltas. De repente me agarra hambre, me dan ganas de escribir... La causa es lo de menos, siempre encuentro alguna excusa, ya sea original y novedosa o esúpida e inútil, que me impide concluir mi jornada. El punto es no ir a acostarme.
No sé por qué tengo esa manía, costumbre, hábito; no sabría cómo llamarlo. Es todo un problema, no puedo manejarlo. No entiendo si se debe simplemente a un incremento de energías a estas horas o a un deseo de que no termine el día, pero lo que sé es que seguro que si decido contar hasta tres e irme a dormir de una vez por todas, voy a descubrir que tengo que solucionar alguna otra cosa antes.
En fin, ahora son las 23:06 y veo que esto no me lleva a nada; sólo escribo un texto que a la vez me está sirviendo de excusa para no irme a la cama y dejarme de dar vueltas.
Así que chau, me voy a no dormir...