Realmente quiero que llueva. Pero, lejos de ser un capricho de una adolescente que disfruta el escuchar canciones lentas mientras mira como el jardín de su casa se va convirtiendo en un charco grande y verde, este deseo se convierte en necesidad al observar que desde el 12 de abril no hay ni noticias de un chaparrón.
Esto es alarmante, pero más alarmante es la respuesta que recibo de la gente cada vez que hablo del tema: "Uy, hace más de un mes que no llueve...". Sí, hace más de un mes que no llueve, pero no es lo más notable. Hay conflictos entre el campo y el gobierno y, como si fuera poco, las vacas y otros animales se mueren porque no tienen comida. No tienen comida porque no hay pasto, no hay pasto porque no llueve. Estamos en el mes de mayo, pasando mediados de mes y andamos en musculosa y pantalón corto porque ¡la temperatura máxima es de 30 grados!Señoras y señores, si esto sigue así dentro de un par de años no van a existir las camperas, los buzos y los swéters, porque no los vamos a necesitar. Nos estamos cocinando de a poquito. El calentamiento global avanza de manera desorbitante, pero lo podemos frenar.
Tomemos conciencia.
Tomemos conciencia.
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