jueves, 12 de junio de 2008

Vamos las pibas

Hoy, como todos los jueves a partir de ahora, después de una clase de Educación Física tan buena como de costumbre, almorcé con Maxi en el buffet de la escuela. Cuando terminamos de comer, entre risas, gritos y chistes con los de la mesa de enfrente, él se fue al taller de cine y yo a entrenar. Caminé las cinco cuadras que hay entre la escuela y la parada del colectivo y cuando llegué el 146 estaba en la esquina. Subí y me senté, lo cual podría ser considerado como un milagro. Estaba de buen humor, las cosas estaban saliendo bastante bien (excepto por mi pelea con Viccini por ponerme un 6 en el trimestre cuando me saqué 8 en la prueba) y me dieron ganas de leer. Busqué el libro que estoy leyendo adentro de mi mochila pero me lo había olvidado. "No importa" pensé y saqué un papelito doblado en cuatro que tenía en el bolsillo. Me lo había dado una chica de la escuela y convocaba a una marcha. Lo empecé a leer y cuando iba por la tercera o cuarta línea, la señora que estaba sentada al lado mío me pregunta: "¿De qué teatro es eso?", "¿Qué?", le pregunté. La mujer había creido que, por las ilustraciones, se trataba de un folleto de una obra de teatro. Le expliqué que me lo habían dado en la escuela, una chica que pertenecía a una agrupación de estudiantes y le conté brevemente lo que decía: "Reclaman gas y calefacción en las escuelas, parece que Macri dice que no hay plata, por lo tanto no puede invertir en solucionar estos inconvenientes. Proponen hager una especie de marcha (creo) para que los escuchen". "Bueno, deciles a esos chicos que para respaldar su reclamo le digan a Macri que con la plata con la que piensa ampliar dieciséis veredas de Palermo para que los restaurantes puedan poner más mesas en la calle, ponga gas, calefacción y mejore las condiciones edilicias de las escuelas. Díganle, también, que con lo que él arregla dieciséis veredas, podría solucionar los problemas en como mínimo treina y dos escuelas y que para las restantes, use la plata que invierte en poner bancos inútiles en calles como Uruguay, por donde pasan cantidades enormes de gente, que lo que menos hace es sentarse" me contestó. Yo le respondí con un simple "Bueno, señora" y una sonrisa. La siguiente media hora de viaje no dejó de hablarme ni un segundo. Sobre Perón, Rosas, Urquiza, Menem, De la Rúa, Kirchner, Cristina, D'Elía y demás políticos. Me manifestó su enojo con el gobierno y, en pocas palabras, me explicó que estamos en manos de rusos, chinos, suecos y armenios. Resultó ser que la mujer era una profesora de Historia que criticó a mis profesoras de Biología porque yo no sabía quién había creado no sé qué vacuna. Ni me gasté en decirle que estaba cursando un bachillerato con orientación en Ciencias Biológicas y que mejor no opinara sobre mis profesoras porque ella enseñaba Historia y no Biología, me pareció que no tenía sentido. En fin, la señora se llamaba Estela y me enseñó algunas cosas que yo no sabía. Como no tenía pensado dormir en el viaje, no me molestó su charla; es más, por momentos era divertido ver cómo se emocionaba hablando sobre la sociedad de hoy en día, los labios cada vez más grandes de Cristina Kirchner y las opiniones de su abuelo sobre Perón y Sarmiento. Fue un viaje interesante y Estela me estaba cayendo bastante bien, hasta que me dijo "La idiota de Cristina que compra todo en Estados Unidos, el imbécil de Menem que vendió el país y el estúpido de Fernando De la Rúa que está orgulloso porque su hijo, que es más tarado que él, se va a casar con la degenerada esa de Shakira, que es una ordinaria que canta obsenidades y anda desnuda bailando como una sucia por todos lados...".
Estela, usted no entiende que Shakira es una diosa, no una degenerada. Antes de hablar de ella, escuche una de sus canciones, porque por lo que dice, es evidente que nunca escuchó ninguna. Shakira es la única cantante que reúne a todas las chicas y no hay adolescente a la que no le guste su música. Así que Estela, se mete con Shakira y se mete con todas, ¿entendió?

martes, 10 de junio de 2008

Cecilia

Aunque no estemos atravezando el mejor momento, no podía dejar pasar el día de hoy sin destacar de alguna manera a una persona tan importante para mí, que influye tanto en mis decisiones y en mi estado de ánimo y a la que veo prácticamente todos los días de mi vida.
Hoy, martes 10 de junio, es el cumpleaños número 27 de la mejor entrenadora que tuve y, si no me equivoco, tuvimos.
No tengo más que agradecimiento, admiración y una montaña enorme de cariño para ella. Es la que me devolvió las ganas de hacer gimnasia y me enseñó a disfrutar el deporte de otra manera.
Es, además de una entrenadora, una amiga a la que le podemos contar absolutamente todo.
Feliz cumpleaños a ella.

lunes, 9 de junio de 2008

Etapas

Es lógico, a medida que crecemos, cambiamos. Siempre hay cosas que se mantienen, pero muchas otras evolucionan y nos hacen mejores personas, o simplemente seres diferentes de lo que éramos.
Podemos cambiar en tantos aspectos... Las relaciones cambian, la manera de pensar, de actuar, los intereses, los tiempos y las costumbres, entre otras cosas. Pero lo que me hace pensar y escribir hoy son, principalmente, los cambios de intereses.
Creo que no hace falta decir que estoy en una edad llenísima de cambios y, aunque suene a frase hecha, no lo digo porque lo dicen todos; realmente estoy viviendo la adolescencia en carne propia y puedo asegurar que los sentimientos de verdad están a flor de piel y los cambios se dan de la noche a la mañana, de un segundo para el otro. Por supuesto, los intereses cambian. Ya no buscás las mismas cosas que buscabas a los 10 años, ni a los 13 y probablemente tampoco busques lo mismo que hace un mes. Eso me parece normal, porque creo que lo que en realidad estamos buscando es nuestra identidad. Es natural probar cosas y descubrir que no nos sirven, entonces probar con otras, y así sucesivamente.
Son etapas que hay que pasar. De repente lo que más te interesa, deja de ser tan importante y pasás a dedicarle tu tiempo a otra cosa. Entonces no es sólo un cambio de intereses, es también un cambio de prioridades. Y nada deja de ser importante, simplemente las cosas ocupan otro lugar, y está bien.
Decidí cambiar algunas cosas de mi vida que me están haciendo mal y creo que es mejor dejarlas atrás. Creo que va ser para mejor el cambio, al fin y al cabo, un cambio siempre viene bien.
No quiero reproches ni enojos, simplemente necesito algo diferente. Y, lo más importante, que no me voy a arrepentir, porque arrepentirse de lo que se está convencido es absurdo.
Yo, por mi parte, estoy convencida de que hay cosas que no quiero más y otras que las quiero de otra forma. También sé que hay cosas nuevas que quiero probar y momentos que quiero disfrutar al mámixo; me quedan meses para terminar la escuela secundaria y, esté bien o esté mal, eso es lo que más me importa en este momento.
Es difícil desplazar a un segundo plano algo que ocupó un lugar tan importante en tu vida por tanto tiempo, pero prefiero verlo así: son simplemente etapas que fueron lindas, pero que fueron, y no van a volver.

domingo, 8 de junio de 2008

Si los amigos se cuentan con los dedos de la mano, entonces ustedes ocupan tres de mis dedos. Los quiero con todo mi corazón.
Gracias por una noche tan linda.

sábado, 7 de junio de 2008

Pogo

jueves, 5 de junio de 2008

Pasado, presente, futuro

A pesar de que casi siempre los recuerdos de la infancia traen aparejado un dejo de melancolía, me gusta acordarme de las cosas que hacía, decía o que pasaron cuando yo era chica. Darme cuenta de cómo voló el tiempo, de las cosas que quedaron atrás, especular con cómo hubiese sido algo si yo actuaba de otra manera y hasta reirme de los amores pasados a veces me dejan esa sensación de no querer que el tiempo siga pasando.
Ahora, haciendo un repaso por algunas partes de mi niñez, se me vienen a la mente muchas cosas: cómo me vestía, la música que escuchaba, qué me gustaba hacer, la escuela, los amigos. Y claro, en este momento en lo primero que pienso de mi infancia es en el período entre los 9 y los 12 años, el tiempo que estuve en la escuela Leopoldo Lugones. Fueron tiempos raros, muchos cambios y bastantes cosas feas, pero también tantas buenas, que alcanzan no sólo para compensar, sino también para superar todo lo malo.
Recreos, juegos, figuritas, excursiones, cumpleaños, almuerzos, meriendas, salidas, pijama-parties, bailes, maestros, chicos, peleas. Son innumerables las imágenes que se apilan en mi cabeza, pero no es por eso que estoy pensando en la Lugones. Pienso en la escuela de Juramento y Cereti porque es ahí donde, el primer día de 4° grado, conocí a Emily, una chica que era nueva igual que yo. Ella, que con sus chistes y sus risas me alegró hasta en los momentos más tristes y me hizo sentir acompañada y respaldada cuando todos me hacían sentir lo contrario, es mi amiga de la infancia. Ella, que me hacía unas cartitas hermosas y me invitaba a su casa a dormir, es la responsable de mis recuerdos más lindos y anécdotas más graciosas. Ella, que se instalaba en mi casa todo el fin de semana (admito que yo también lo hacía en la suya), es una de las personas más indispensables en mi vida; porque aunque nos veamos muy poco, con suerte tres veces por año, hablamos casi a diario para mantenernos al tanto de nuestras vidas y, cuando no es así, nunca falta un "Te extraño" o un "Te gabeo chuchi" por mensajito.
Emily, simplemente te amo y no hace ni falta que te diga la importancia que tenés para mi persona. Creo que alcanza con decirte que sos mi pasado, sos mi presente y mi futuro, también.

miércoles, 4 de junio de 2008

Vamos y venimos, desde primer año hasta ahora siempre fue así.
Nos llevamos bien, nos llevamos mal. No nos separamos, no nos soportamos.
Nos peleamos, nos amamos, pero siempre juntos.
Cuando las cosas con ustedes están bien, yo estoy bien.
Estos son buenos tiempos, que duren.
Los amo.
Me quedé pensando en una charla que tuve ayer con alguien que me dijo que estaba mal porque sentía que de todos los amigos que supuestamente tenía, sólo dos o tres eran de verdad, porque creía que la gente es falsa y porque no entendía a las mujeres.
A esta altura ya aprendimos que no todos nuestros supuestos amigos son incondicionales y muchos de ellos dicen cosas que no nos gustan a nuestras espaldas. Cuando nos enteramos de esas cosas o cuando nos damos cuenta de que no eran como nosotros pensábamos, lógicamente nos sentimos mal, pero hay que verle el lado positivo. Cuando eso pasa, primero que nada, ya sabemos que esa persona nos puede hacer pasar ratos lindos, pero no nos sirve como amigo y, lo más importante, aprendemos a valorar un poco más a aquellos que sí nos quieren de verdad.
Que la gente es falsa no es novedad, hay de todo en todos lados, pero lo bueno es poder diferenciar entre los que queremos cerca y los que no y, principalmente, decidir cómo queremos ser nosotros.
No entender a las mujeres es algo de lo que muchos se hacen cargo. Yo tampoco entiendo a las mujeres, ni a los hombres... y mucho menos me entiendo a mí, por eso no me quejo. No es una cuestión de entender, es simplemente estar bien. Estar bien con uno mismo para después poder estar bien con los demás; y si hay alguien que te hace estar particularmente bien no hay que entender nada, hay que sentirse bien y punto.
No es muy difícil dar esas reglas para la vida pero ¿yo las cumplo? Tengo que admitir que no voy por la vida pensando cómo estoy haciendo las cosas, dudando de las personas que me rodean y planteándome si todos mis supuestos amigos me valoran y me hacen bien. Mucho menos me guío simplemente por estar bien. Pero creo que realmente sé quienes me quieren y a quienes puedo llamar "mis amigos". Esos no son a los que quiero tener cerca todo el tiempo, son a los que quiero tener cerca cuando no me siento cómoda con nadie o cuando tengo ganas de llorar. Son a los que extraño a todo momento, de los que no tolero no saber nada y los que me contagian su alegría cuando están bien y su tristeza cuando están mal. Son los que hacen que cuando me pongo a pensar en lo importantes que son para mí, me agarre una cosa en la panza y no pueda creer que ocupen un lugar tan grande dentro de una persona tan chiquita como yo.
Y no importa si se cuentan con manos y pies, con las dos manos, con una mano sola o si necesitamos simplemente dos o tres dedos para enumerarlos, lo importante es saber que, sean cuantos sean, están ahí.

lunes, 2 de junio de 2008

Creciste

Este último tiempo me pasó de todo. Muchos cambios, muchas decisiones, muchas cosas nuevas, cosas no tan nuevas que vuelven a aparecer, algunos miedos. Suele pasar: te pasa una y te pasan todas.
En esos casos es común cambiar de humor fácilmente, pelearse con medio mundo, unirse mucho a algunas personas, estar angustiada constantemente, deprimirse, sentirse sola, llorar...
Y de repente te das cuenta de que no estás tan sola, te sorprendés contándole tus problemas a alguien con quien nunca te hubieses imaginado que ibas a hablar, que te da visiones nuevas de las cosas. De repente te estás riendo con tus amigos, cambiás la música triste por una que te obliga a cantar y a moverte. De repente volvés a tener ese tiempo, del cual te quejabas no tener, y elegís salir en vez de quedarte dándole mil vueltas a las cosas, preferís ver una linda película que tirarte a mirar el techo. De repente caés en que, sin darte cuenta, ya superaste todas esas cosas que tanto te asustaban. Y te sentís grande, te sentís completa, te sentís bien. Así, como si no hubiese pasado nada, ya atravezaste todo eso que creías que era imposible y como si fuera poco, estás sana y salva.
Creciste. Simplemente creciste. Y saliste tan increíblemente bien que te sorprende que crecer sea tan fácil.
No, crecer no es fácil, pero acompañada de gente que te quiere, que se preocupa por vos y que te hace ver que no estás sola ni en la peor situación, crecer es menos difícil.

domingo, 1 de junio de 2008

Concepción del Uruguay 2008


Hace casi dos horas el micro en el que volvimos de Entre Ríos llegó a Retiro.
El viaje fue genial, no encuentro otra palabra para describirlo. Todo salió bien, no cambiaría nada.
No voy a contar cada detalle, pero menos mal que fui. Igualmente no puede ser que me tengan que insistir para que haga algo que supuestamente hago o debería hacer por placer, habría que plantearse qué está pasando. Pero en fin, eso es otro tema.
Chicas son increíbles. Gracias por este nacional y por todo, realmente las quiero como a pocas personas.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Otra vez lo mismo

Que mi espalda es un nudo no es ninguna novedad. Ya estoy cansada de que mi mamá me diga "Anita ponete derecha" y cuando lo muevo, mi cuello hace más ruido que mi hermano cuando come. A eso se suma el nudo que tengo en la boca del estómago, las náuseas y los dolores insoportables de cabeza que tengo hace casi una semana. Encima, pruebas todos los días.
Soy un metro y medio de puros nervios y estrés y todo por un torneo. Supuestamente tendría que ir a pasarla bien y con ganas de competir, pero no puedo. Otra vez me está pasando lo mismo, se acerca un nacional y, en vez de disfrutarlo, lo sufro desde que empieza hasta que termina. Ya no sé si es un problema mío, de las entrenadoras o del grupo, ya me cansé de escuchar a la gente que opina sin saber, no quiero un consejo más. Estoy harta de que me digan cómo tengo que hacer para superarlo y que nada me sirva, cansada de hablar con psicólogos y que sea al pedo.
Mañana nos vamos a competir a Entre Ríos. Quiero ir y sentirme bien, no quiero deberle nada a nadie y no quiero reproches.
Más allá de todo, tengo que reconocer que tengo a las mejores compañeras y que me hacen sentir mejor que nadie. Gracias, chicas. Y gracias a mamá también, que me está bancando tanto con todo esto.

sábado, 24 de mayo de 2008

Marido y Mujer


Para vos, el más tierno, el de los abrazos más lindos, el más celoso, el mejor cantante de cumbia, el que me hace reir en todos los recreos, el que pasea conmigo diciendo que estamos casados, el que me hace escenas cuando estoy con algún chico, el que me llama y me toca el tecladito por teléfono, el que me pide el celular para tocar canciones de Damas Gratis, el que se enamora de mis amigas, el que me conoce desde primer año, cuando nos peleábamos todo el tiempo y nos llevábamos mal y desde que nos hicimos amigos no me dejó sola ni un momento, el que compartió conmigo momentos horribles y momentos lindos. Para vos, mi Juancito, el Simpa, lo mejor del mundo para este cumpleaños, para tus 17 y para toda tu vida.

Te amo y estoy siempre con vos.

lunes, 19 de mayo de 2008

Se necesita con urgencia una buena lluvia

Las lluvias regulan mi estado de ánimo. No se puede estar bien sin una lluvia cada tanto que te obligue a quedarte en casa, a tirarte en la cama a mirar la nada mientras escuchás el ruido exagerado de las gotas que golpean el techo y del viento que sacude las ventanas. Es indispensable tener esos momentos que te hacen pensar en todas las cosas que te pasan y terminan deprimiéndote y sacándote incontrolables lagrimones. Las lluvias son algo único, tan hermosas como los días de sol, o de mucho frío.
Realmente quiero que llueva. Pero, lejos de ser un capricho de una adolescente que disfruta el escuchar canciones lentas mientras mira como el jardín de su casa se va convirtiendo en un charco grande y verde, este deseo se convierte en necesidad al observar que desde el 12 de abril no hay ni noticias de un chaparrón.
Esto es alarmante, pero más alarmante es la respuesta que recibo de la gente cada vez que hablo del tema: "Uy, hace más de un mes que no llueve...". Sí, hace más de un mes que no llueve, pero no es lo más notable. Hay conflictos entre el campo y el gobierno y, como si fuera poco, las vacas y otros animales se mueren porque no tienen comida. No tienen comida porque no hay pasto, no hay pasto porque no llueve. Estamos en el mes de mayo, pasando mediados de mes y andamos en musculosa y pantalón corto porque ¡la temperatura máxima es de 30 grados!
Señoras y señores, si esto sigue así dentro de un par de años no van a existir las camperas, los buzos y los swéters, porque no los vamos a necesitar. Nos estamos cocinando de a poquito. El calentamiento global avanza de manera desorbitante, pero lo podemos frenar.
Tomemos conciencia.

domingo, 18 de mayo de 2008

Un buen comienzo

Me gusta escribir. Siempre me gustó. Pero nunca quise mostrar lo que escribo.
Realmente admiro a la gente que publica en algún lado sus textos porque hay que animarse a hacerlo y enfrentar la crítica. Creo que lo que en verdad me da miedo es eso, lo que digan los demás.
¿Por qué darle tanta bola al resto, si lo que me tendría que importar principalmente es lo que pienso o siento yo, si nadie sabe más sobre mí que yo misma? No sé muy bien cómo definirlo, pero ese temor muchas veces me hace sentir chiquita, vulnerable.
Hoy decidí hacerle caso a los que dicen que no importa el que dirán y abrí este espacio. No sé cuanto va a durar ni lo que voy a publicar, pero me parece una buena forma de empezar a vencer mi miedo.